martes, 17 de noviembre de 2009

Ramón Alberto Garza. Lecciones del BRIC

Qué lecciones tenemos que aprender de esas cuatro naciones que hoy concentran los reflectores del despegue económico en el clímax de la más severa recesión mundial? Analicemos.

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INDIA. EL EXPORTADOR DE SERVICIOS

Desde 2001, cuando Jim O'Neill, economista del Goldman Sachs, creó el término BRIC, la India ha concretado un dinamismo económico 5.5 veces superior al de la economía mexicana.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la India tendrá este año un crecimiento de 5.4 por ciento, lo que significa que su receta ha servido para blindar al país de la crisis que azotó al mundo con fuerza.

Para concretar el cambio, esta nación tuvo que impactar a sus íconos. Tras su independencia de Gran Bretaña en 1947, movimiento encabezado por Gandhi, y luego del establecimiento del liderazgo de Nehru, tomó el camino de la intervención estatal estableciendo un intrincado sistema de licencias que ahogó a la iniciativa del sector privado.

La India nacionalizó la banca e impuso una política de sustitución de importaciones. Aunque fue cauta con los excesos populistas -la inflación nunca rebasó el 20 por ciento-, tuvo un crecimiento mediocre, insuficiente para combatir la pobreza, su principal problema. Tal camino le costó cuatro décadas de atraso.

Tras tímidos intentos de cambio a principios de los 90, el ministro reformista Manmohan Singh retomó el rumbo: relajó el sistema de licencias, liberalizó el transporte, alentó la inversión extranjera y modernizó el sistema fiscal y financiero.

Todas estas acciones sin duda entrañan una lección para México, que mantiene un esquema impositivo intrincado, trámites que frustran el desarrollo de los negocios, una inversión extranjera a la baja y un sistema bancario caro para el usuario y poco competitivo.

No obstante, la medida que a la postre fue más exitosa, que fue la puntilla para modernizar el sector servicios y que hoy es el eje del crecimiento de esta nación, fue la educación. Ésta es la principal lección para México.

La India es ejemplo de un país subdesarrollado que ha creado tecnología educativa, materia que en México se encuentra en pañales.

La modernización de la economía está anclada al sector servicios y al desarrollo del outsourcing (contratación de servicios a terceros), terreno donde la India ha encontrado su nicho de mercado en el ámbito mundial.

Este país es competitivo mundialmente por contar con mano de obra calificada y barata, y esto es resultado de un sistema creado para producir profesionistas de alta calidad.

Uno de sus pilares es el desarrollo de las Tecnologías de la Información (TI), como la exportación de servicios de call centers, donde operadores de la India enlazan llamadas desde Estados Unidos a cualquier país del mundo para ofrecer servicios.

Como lo explica la revista londinense New Statesman: "Es mucho más probable que los consumidores adquieran una camisa o un DVD hecho en China, pero es muy probable que la orden de adquisición parta de una estructura india. Las dos economías son complementarias. La India exporta servicios y China exporta mercancías; en el sector servicios, los ingenieros hindúes proyectan y realizan componentes altamente complejos que luego son montados por los obreros de las fábricas chinas".

Tal sistema ha creado un moderno sector servicios, que es el motor de crecimiento de la India. Un reflejo de su productividad es que en 2009, 28 por ciento de los trabajadores ubicados en el sector de servicios generaron 53.4 por ciento del PIB.

En el mismo año, pero en México, 59 por ciento de la fuerza laboral ubicada en el ramo de servicios generó 61 por ciento del PIB, lo que significa que, en este ámbito, un trabajador de la India es dos veces más productivo que uno mexicano.

Los resultados de las reformas están a la vista. En 2008, la India se ubicó como la segunda economía de mayor crecimiento del mundo.

El peso del comercio en su economía pasó de 6 por ciento del PIB en 1985 a 24 por ciento en 2009.

Aunque la India continúa sufriendo los estragos de la pobreza -cerca del 80 por ciento de la población vive con un promedio de dos dólares al día-, los índices de pobreza han bajado 10 por ciento desde 1997.

Claro que el país no está exento de problemas. Tiene un alto déficit presupuestal y una elevada deuda, padece el lastre de un sector energético que consume grandes montos de subsidios y arrastra el rezago del sector agrícola, pero ha encontrado su rumbo.

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BRASIL. ENTRE ETANOL Y PETRÓLEO

En el peor año que ha tenido la economía mundial desde la Gran Depresión, Brasil tendrá una caída en su crecimiento de apenas 0.7 por ciento.

La cifra contrasta con el desplome de 7.3 por ciento de México estimado por el FMI y entraña lecciones para este país.

En el bienio 2007 y 2008, luego de las reformas de Lula, quien asumió la Presidencia en 2003, la economía brasileña logró un crecimiento promedio de 5.4 por ciento, sorprendiendo a propios y extraños. En contraste, México tuvo un pobre crecimiento de 2.3 por ciento.

¿Cómo pudo el país de Luiz Inácio Lula da Silva imprimir más vigor a su economía, generar reservas 2.4 veces superiores a las de México, avanzar en la solución del problema de la pobreza -la tasa bajó 11 por ciento en 2007- y revaluar su moneda más de 50 por ciento, ahondando la distancia en tamaño de la economía mexicana, produciendo ya 30 por ciento más que nuestro país?

Por lo menos hay cinco lecciones para México en el comportamiento de esa nación de 184 millones de habitantes.

La primera es de tinte ideológico. Un gobierno de izquierda como el de Lula concretó reformas que ni los gobiernos orientados hacia el centro, como los de Vicente Fox y Felipe Calderón, han logrado implementar.

De lado, implica también una enseñanza para la izquierda mexicana, que navega sin rumbo, con sectores importantes que todavía postulan ideas estatistas incapaces de modernizar al país.

México también tiene que aprender sobre el manejo de Petrobras, la empresa petrolera estatal de Brasil.

Mientras que Pemex se encuentra entrampada, con las reservas a punto de agotarse, sin invertir en exploración durante décadas, con la producción a la baja -esto ha provocado, en parte, la actual crisis fiscal-, el país de Lula ha revigorizado su industria petrolera.

Los esfuerzos de perforación en aguas profundas, que han contado con la participación de empresas privadas, han redituado en hallazgos importantes de yacimientos de crudo. Esto ha transformado a Brasil, que pasó de ser un país importador de petróleo a uno exportador.

La tercera lección es tener la voluntad política, con visión estratégica de largo plazo, para desarrollar industrias con tecnología propia.

Los desarrollos de etanol y el caso de la aeronáutica Embraer son ejemplos de que desde una nación en desarrollo es posible dar lecciones a los países desarrollados.

Una cuarta lección es la diversificación de su comercio exterior. Siempre cautelosos para no caer bajo la sombra de Estados Unidos, los últimos mandatarios brasileños fueron visionarios al empujar su comercio exterior hacia Europa y Asia, particularmente a China.

Una fortalecida y bien desarrollada industria agrícola y ganadera ubica a Brasil como uno de los graneros del mundo. Todos quieren sus granos, todos buscan su carne.

El otro ámbito que entraña contrastes, y en el que México se ve mal a contraluz de Brasil, es el manejo de la deuda.

Aprovechando los ingresos petroleros, el presidente Lula pagó anticipadamente sus compromisos financieros con el FMI.

Y hay más contrastes: el régimen actual ha promovido una serie de reformas para reducir los impuestos e incrementar la inversión en infraestructura, rumbo contrario al de México, que debate hoy un paquete fiscal con tintes recesivos, mientras que Brasil se ha puesto a tono con la estrategia de otros países de aplicar políticas para inyectar liquidez a la economía.

Los resultados económicos han redituado dividendos en imagen, a tal punto que Brasil logró no sólo ser la sede del Mundial de Futbol en 2014, sino también de los Juegos Olímpicos en 2016.

Todo el mundo ve a Brasil como un ejemplo a seguir. Una nación que se perfila como la quinta economía mundial.

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RUSIA. RESERVAS DE CRUDO

Rusia experimenta hoy nuevos rumbos. El país de los zares, el de Pedro y Catalina la Grande, el que instauró el comunismo en la Revolución de 1917, coquetea hoy con el capitalismo.
Es la potencia que invadió Polonia en la Segunda Guerra Mundial, la que trabajó del lado de Hitler, la que fue manejada por la brutalidad por Stalin y Lenin.

Fue la nación que en los 80 sorprendió al mundo con la perestroika y el glasnost de Gorbachov y, más aún, con la desmembración del imperio y su reorganización en la Federación Rusa en 1993.

No es exagerado decir que la Rusia que gobierna Dmitri Medvédev desde 2008 empezó a ensayar desde 1990 el experimento de privatización más grande de toda la historia.

Tan es así, que el ex imperio soviético ha empezado a escribir historias de éxito como una de las naciones BRIC, junto con China, la India y Brasil.

Aunque el FMI estima que la economía rusa se contraerá 7.5 por ciento en 2009, una caída similar a la de México, por una dependencia del petróleo mayor que la de nuestro país, y en general de las materias primas, Rusia ya armó una estrategia que, a decir de los expertos, amortiguó el impacto.

Antes hay que decir que la ex nación zarista y ex comunista es un buen ejemplo de cómo se puede tener arrestos para quemar las naves ideológicas y dar un giro de 180 grados en la conducción económica, abriendo el país a las prácticas del capitalismo para modernizar su economía.

Aunque en el plano político subsiste un sistema semiautoritario no exento de riesgos de inestabilidad y el tejido social sufre las consecuencias del vuelco con la proliferación de las mafias, las políticas económicas están abriendo espacios para mejorar el bienestar, un antídoto eficaz de largo plazo para dar viabilidad al país.

Tras las reformas impulsadas a mediados de los 90, la economía rusa ha tenido un crecimiento promedio anual de 5 por ciento de 2001 a 2009, incluyendo la caída del PIB este año.

¿Cuánto ha crecido México en el mismo lapso, también en promedio?: 1.5 por ciento, índice cercano al estancamiento.

Pero hay una estrategia económica anticrisis que implementó Rusia en 2008. Fue el año en que estalló la recesión internacional que derrumbó los mercados financieros y los precios de los commodities, incluido el petróleo, y enfrió la demanda a lo largo y ancho del planeta.

Una estrategia que si México la hubiese concretado, le habría ahorrado algunas calamidades. Como el pesado paquete fiscal que busca recaudar más de 150 mil millones de pesos de los bolsillos de los mexicanos en momentos en que la nación registra su peor momento en la historia moderna.

Se trata de mantener un fondo de reserva de 200 mil millones de dólares de los ingresos petroleros de la época de jauja de los petroprecios. Y Rusia acumuló 600 mil millones de reservas gracias a los días de prosperidad del crudo.

Eran fondos destinados a ser utilizados cuando se presentara una baja en el precio del petróleo. Y la necesidad se dio. Rusia ahorró en tiempos de vacas gordas para gastarlos en tiempos de vacas flacas.

Estos fondos fueron aplicados a un programa de apoyo para estabilizar la economía, incluyendo un recorte de impuestos de 20 mil millones de dólares.

Adicionalmente, las reservas acumuladas permitieron contar con márgenes financieros para defender el rublo, que está sobrevaluado.

Tal esfuerzo ha consumido parte de las reservas internacionales, que cayeron a 380 mil millones de dólares. Aún así, son 4.1 veces superiores a las de México.

Pero la política de ahorro de divisas ha permitido a Rusia sortear bien el temporal de la crisis internacional.

Y hay avances en otros frentes. El programa económico del presidente Medvédev ha logrado reducir la pobreza y el desempleo.

Hay muchos temas pendientes en este complejo país. Entre otros, combatir la corrupción, mejorar el sistema de justicia y, en general, armar las instituciones que habrían espantado a Lenin y Stalin. Pero se están abriendo vías para reenderezar el rumbo.

Pese a los múltiples problemas, los actuales mandamases de Rusia no tienen dudas sobre cómo jugar en el terreno económico.

Se trata de reducir el rol del Estado en la economía, mejorar la infraestructura, innovar, reformar los sistemas bancario y fiscal, además de modernizar el sistema financiero.

Capitalismo, pues. Y, por cierto, al mejor estilo y con mejores resultados que el que se practica por estos rumbos.

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CHINA. EXPLOSIÓN DEL AHORRO
Probablemente, Mao debe estarse revolcando en su tumba, pero los mil 300 millones de chinos están viendo que las novedosas instituciones económicas del capitalismo están mejorando su nivel de vida.

Viniendo desde muy abajo, China -miembro distinguido de los países BRIC- es probablemente el caso más impresionante de resurgimiento económico de todos los tiempos. Y hay un aluvión de cifras que lo demuestran.

Su crecimiento anual promedio en las últimas décadas es cercano a 10 por ciento. Precisamente, ése fue el índice de 2001 a 2009, lapso en el que México logró apenas un ritmo de crecimiento de 1.3 por ciento.

Las medidas de los líderes chinos han logrado que, contra todos los pronósticos, el crecimiento se ubique en 8.5 por ciento en 2009, que es el peor año de la economía mundial.

Y es que China se ha convertido en una gigantesca maquinaria para generar divisas a través de las corrientes de comercio y capital.

En 2008, las exportaciones alcanzaron los mil 435 miles de millones de dólares, cinco veces más que las de México.

Su balanza positiva de comercio exterior -exportaciones menos importaciones- más su balanza de cuentas de capital, también favorable -entradas de créditos e inversión extranjera menos salidas- suman un impresionante 8.6 por ciento del PIB.

La danza de números para Ripley no termina ahí. La inversión como porcentaje del PIB -que es lo mismo que el ahorro-representa 40 por ciento, índice que no concretó ni Japón cuando estuvo de moda como milagro económico allá por los 80, y que tampoco tuvo México cuando fue ejemplo de modelo económico en los 50 y 60.

El impulso fuerte de las reformas se dio a principios de los 90, con Deng Xiaoping, el ideólogo del nuevo capitalismo chino.

Esas reformas estaban centradas en la liberalización de precios, modificaciones al esquema de producción agrícola, promoción de zonas económicas especiales con regímenes fiscales diferentes de los del resto del país.

También apuntaron hacia la descentralización fiscal, mayor autonomía, eficiencia y productividad de las empresas estatales con fuerte énfasis en la rentabilidad, el desarrollo de su sistema financiero y la promoción del ahorro y la inversión.

¿Qué debería copiar México? Las recetas son múltiples y similares en cierta medida a las de los otros miembros del BRIC.

Destacan las agresivas estrategias de promoción de la inversión extranjera, asunto que despierta escozor en estos rumbos del planeta.

Por lo pronto, las recetas económicas Chinas también surtieron efecto para enfrentar la actual recesión. El ex país de Mao no sólo logró crecer en tiempos de crisis, sino ayudar al mundo con un plan anticrisis de 586 mil millones de dólares que se espera contribuya a la recuperación económica internacional.

Esta capacidad se materializa en fondos y reservas soberanas superiores a los 2 trillones de dólares y una inversión extranjera directa de más de 80 mil millones de dólares.

Las palabras que pronunció Deng Xiaoping en 1992, durante la llamada "inspección del sur", una de las zonas que más se había beneficiado de la apertura china, revelan los nuevos tiempos: "La esencia del socialismo es lograr la prosperidad común (...) la clave es el desarrollo económico".

2 comentarios:

  1. las consecuencias de las politicas neoliberales adoptadas por los del PRI y PAN nos han semergido en una recesion economica total, ya que las medidas macroeconomicas solo han sido utilizadaz para mantener baja inflacion y crear una cuenta corriente con superavit, cosa que no ha sido posible. mientras economias como brasil, india y china han crecido mucho mas cuando eran economias inferiores.

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  2. paises inferiores en desarrollo estructural son mejores que Mexico en cuestion de salud, educacion y vivienda, y tambien obtienen un desarrollo en su PIB, mientras que el pais se estan y se hunde, y todo por un grupo de personajes que no nasavido llevar el barco economico de un pais tan grande como el de Mexico, los partidos politicos solo se la psan viendo sus necesidades de ellos y no del pais. yo descrivo a Mexico como el " titanic" que se hunde porque choca con un haszber.

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